jueves, 25 de octubre de 2007

La pobreza en el mundo

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Todos los países necesitan políticas y estrategias para reducir sustancialmente la pobreza en el plazo más breve posible. Es importante el papel que juegan los siguientes elementos que deben ser tenidos en cuenta en forma conjunta. Ninguno, por sí solo, basta para combatir la pobreza.

• El mercado.

• El Estado.

• Los propios pobres, que deben trabajar unidos para encontrar soluciones.

El mercado puede cumplir una función benefactora con los pobres. Si las corrientes financieras y comerciales funcionan bien, las economías prosperarán y la riqueza llegará a los pobres. Pero, actualmente, la globalización económica, los embates especulativos y la fragilidad de los mercados ponen en evidencia la debilidad de esta teoría.

La crisis financiera sufrida en el Sudeste Asiático es un ejemplo de esto. En Indonesia ha provocado grandes estragos, graves tensiones sociales y actos de violencia, luego de 30 años de crecimiento económico y de reducción de la miseria. El impacto fue mayor porque no estaba previsto un sistema de protección social capaz de ayudar a los pobres en caso de recesión. Sólo se han aplicado intervenciones a corto plazo para limitar los perjuicios.

Estas consideraciones nos llevan a concebir nuevas estrategias de desarrollo sostenible que deben atender dos graves problemas del siglo XXI: la desocupación masiva y la acentuación de las desigualdades dentro de las naciones o entre ellas.

El Estado también puede contribuir eficazmente a la lucha contra la pobreza y para ello deberla:

• fomentar las expresiones pacíficas de las demandas de la gente y la participación política;

• garantizar el espacio democrático;

• estimular las asociaciones entre el sector público y el sector privado;

• luchar para una distribución más equitativa;

• velar por la responsabilidad y la transparencia;

• brindar educación y salud básicas para todos.

Le corresponde al Estado un papel activo y firme para implementar estrategias de erradicación de la pobreza pero, asimismo, debe saber cuándo intervenir y cuándo mantenerse al margen.

Los propios pobres también son importantes para superar la pobreza mediante sus aptitudes y sus valores culturales. Los proyectos para luchar contra la pobreza deben comprender y respetar la cultura local. Muchas propuestas han fracasado

porque se han querido imponer programas realizados en otros lugares a realidades locales que difieren enormemente.

Las comunidades deben organizarse para la acción colectiva basadas en sus propios sistemas de valores culturales. La movilización popular hacia la erradicación de la pobreza puede asumir muchas formas. Entre ellas se pueden mencionar:

• asociaciones corporativas;

• sindicatos, que han desempeñado un papel fundamental en la promoción de mejores condiciones de vida y de trabajo;

• movimientos populares: es importante que surjan espontáneamente a partir de iniciativas de la propia población afectada y que no sean controlados o manipulados desde el poder;

• organizaciones no gubernamentales (ONU): desempeñan un papel fundamental en el impulso de estrategias de desarrollo humano. Las ONU pueden servir para reforzar y complementar las actividades gubernamentales por ser más flexibles y más aptas para llegar a algunas comunidades de manera efectiva.

Sudáfrica se destaca como ejemplo de país donde se ha producido la interacción entre el pueblo, el mercado y el Estado para erradicar la pobreza. El ímpetu político de la lucha contra el apartheid impulsa ahora la lucha contra la pobreza humana. Este proceso cuenta con el compromiso político, con estrategias basadas en las asociaciones entre el sector público y el privado y con un proceso de desarrollo impulsado por el pueblo.

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